Costa de Trafalgar y la derrota gloriosa.




Costa de Trafalgar y la derrota gloriosa.





Detalles del recorrido


La batalla de Trafalgar fue una batalla naval que tuvo lugar el 21 de octubre de 1805 frente a la costa del mismo nombre. Este año 2013, como en 1805, coincide el 21 de octubre en lunes.

Trafalgar: la derrota gloriosa, el combate naval que cambió el curso de los acontecimientos históricos en los comienzos del siglo XIX. 

La escuadra hisponofrancesa, mandada por el almirante Villeneuve, sufrió una grave derrota (la derrota gloriosa) ante la flota británica, dirigida por Nelson. En Trafalgar, donde perdieron la vida ilustres marinos como Gravina, Churruca o Alcala Galiano, se produjo el hundimiento del poder naval español, restaurado por los ministros ilustrados de siglo XVIII.

En recuerdo a las personas que sufrieron las consecuencias de esa batalla (de uno y otro bando, vencedores y vencidos) realizamos una ruta por la costa frente a las aguas donde se produjo la contienda naval. 

Durante el trayecto desde la Torre Nueva del Palmar al Cabo de Trafalgar vamos repasando los episodios acaecidos antes, durante y con posterioridad de los hechos que sucedieron en aquella época.





Longitud
 7 km. Lineal.
Dificultad
 Baja.
Tiempo
 3 horas
Fecha
 Septiembre/2013
Lugar
 Costa de la Luz.

La valoración de la dificultad, según nuestras apreciaciones, y el tiempo de realización de la ruta se conforman de acuerdo con las características del recorrido de la misma.
Varios son los elementos que tenemos en cuenta para valorar la dificultad del itinerario: el perfil de alturas o variaciones de desnivel, la orografía del terreno y la longitud del recorrido.
En el tiempo de realización interviene, ademas de la dificultad del itinerario, la contemplación del entorno natural y étnico que se encuentran en el trayecto.
Por supuesto estas valoraciones no tienen que coincidir con las estimaciones de otras personas, son totalmente orientativas. Planifica bien el recorrido y ten en cuenta un elemento determinante, la climatología.



"Lo importante no es el fin del camino, sino el camino.
 Quien viaja demasiado aprisa se pierde la esencia del viaje" (Louis L'Amour).

 "Los tesoros son aún más valiosos cuando uno logra compartirlos" (Juan Morente).



RUTA



Comenzamos la ruta en la magnífica playa de El Palmar. Es temprano, el sol con tonos anaranjados recubre la figura de la atalaya y su entorno.
En la punta Roque del Este se ubica la torre vigía Torre Nueva o de El Palmar. Posee planta troncocónica y esta situada sobre un promontorio de la playa en el limite de la pleamar.  Esta torre formaba parte de un interesante sistema defensivo del s. XIII promovido por Alonso Pérez de Guzmán, “el Bueno”, aprovechando las ventajas de visibilidad que ofrecía su estratégico emplazamiento costero.



La torre está cimentada en un plinto de piedra circular y su fábrica es de mampostería de piedra y mortero de cal. Tiene un diámetro de unos cinco metros y una altura de unos doce metros. A la puerta se accede a través de una escalera retráctil, que se sitúa a unos tres metros de la base. Posee una segunda planta, a la que se debía acceder con escalera de mano. Posee cuatro ventanas rectangulares en cada una de los puntos cardinales.


Junto a la torre se encuentra un bunker, donde su terraza superior se instala un puesto de vigilancia para los bañistas de esta excelente playa. También sirve de mirador para otear sus alrededores. Desde este punto frente al Océano Atlántico se divisa hacia el norte el blanco pueblo de Conil y el Cabo de Roche. En sentido contrario hacia el sur se alcanza a ver el Faro de Trafalgar.


Playa del Palmar, al norte.

Conil de la Frontera. Sobre el blanco caserío se aprecia la parte superior de la Torre de Castilnovo.

Cabo de Roche.

Playa del Palmar hacia el sur.

En primer termino la Playa de la Mangueta que sucede al sur a la Playa de El Palmar. En el horizonte se levantan las torres de Trafalgar.



Durante el recorrido nos detendremos mirando al interior de las aguas donde sucedió la cruenta batalla naval. En cada parada iremos repasando las diferentes fases del enfrentamiento.


Contexto histórico.
La paz de Basilea (1795), que puso fin a la llamada guerra del Rosellón, significo la alianza de la España de Carlos IV con la Francia revolucionaria y el enfrentamiento con Gran Bretaña. Esa alianza se mantuvo hasta las vísperas de la guerra de la Independencia y, en la practica, convirtió a España en un satélite de la política francesa, sobre todo a partir de la llegada de Napoleón Bonaparte al poder.

De entre todas las derrotas que la Royal Navy perpetró contra los buques españoles, hay una que, desgraciadamente, resuena en los albores del tiempo como la más humillante y dolorosa: la de Trafalgar.

Esta contienda, librada en aguas gaditanas, marcó no sólo la destrucción de una buena parte de los navíos de su Majestad Carlos IV, sino también el declive militar de nuestro país, que abandonó su papel de potencia mundial.



Malos tiempos corrían para la corona en los inicios del S.XIX. Y es que, en 1.805 España se encontraba plegada a los intereses del Napoleón Bonaparte quien, a base de tratado, había conseguido aliarse con nuestro país y disponer a nivel naval de la flota hispana, una de las más reseñables de la época.

La finalidad del «pequeño corso» no era otra que conquistar Inglaterra. Sin embargo, sabía que para poder llevar a cabo su plan necesitaba una gran cantidad de barcos que pudieran plantar cara a la armada británica y, así, disponer de vía libre en el Canal de la Mancha para transportar a su ejército.



Después del inciso histórico continuamos nuestra marcha, atrás queda la Torre de El Palmar.



Alcanzamos la playa de Las Calderas donde desemboca el arroyo de San Ambrosio. Este arroyo hace de límite entre el término municipal de Barbate y el de Vejer de la Frontera.


Arroyo de San Ambrosio.



Arroyo de San Ambrosio, al fondo el Cerro de Meca.


La rivalidad por el hegemonía del Atlántico.
El desastre de Trafalgar fue un importante episodio del enfrentamiento que desde tiempo atrás mantenían entre si España, Francia y el Reino Unido por la hegemonía económica y milita de la zona atlántica; especialmente por el control del continente americano.




Entre 1734 y 1789, España y Francia mantuvieron, aunque con interrupciones los denominados Pactos de Familia (entre los Borbones), que finalizaron al triunfar la Revolución Francesa. A partir de 1796 se restableció la alianza hispano franca y los ejércitos de  ambos países siguieron enfrentándose con el británico.

La de Trafalgar fue una batalla decisiva en la pugna que mantenían entre si esta potencias europeas: le dio la hegemonía mundial al Reino Unido, propicio el cambio de relaciones entre los aliados y la invasión francesa de España, acelero la independencia de las colonias españolas en América.




Reanudamos el recorrido en dirección al Cabo de Trafalgar.

Nos separamos del borde costero buscando una vereda que transcurre paralela a la playa.


La vereda de la Playa arranca desde el Arroyo San Ambrosio, discurre en paralelo al mar por el paraje de Zahora hasta el Faro de Trafalgar.

Llegamos a La Casilla, una antigua casa cuartel que (en ruinas) está abrazada por una enorme higuera.

Mirando a la punta del Caletón de Zahora y al mar hacemos un nuevo repaso a los acontecimientos de la batalla naval.





Las flotas se arman.
Tales eran los intereses de Francia -o, más bien, de Napoleón-, que, antes del verano de 1805, se ordenó a una flota combinada franco-española tratar de aniquilar a la Royal Navy que cercaba los alrededores del Canal de la Mancha.

Pero dicha flota (comandada por el almirante Villeneuve) fue estrepitosamente derrotada ante un número inferior de buques británicos. Esta capitulación ponía en serios problemas el plan del «pequeño corso» quien, poco a poco, veía como su sueño de convertirse en señor de Inglaterra se hacía añicos.

Villeneuve, vencido como estaba, desoyó las órdenes de Napoleón y se refugió en Cádiz. No pudo equivocarse más este marino, pues el «pequeño corso», al enterarse de que el almirante no había llevado a cabo su cometido, ordenó su destitución y envió inmediatamente a un sustituto a tierras gaditanas para tomar posesión de la armada combinada.

El calendario marcaba entonces el 14 de octubre, una fecha que sería muy dura para el almirante francés, pues fue el día en que recibió las primeras noticias que le informaban de que debía abandonar su puesto. No obstante, fue curiosamente cinco jornadas después cuando, casualidad o no, Villeneuve ordenó izar velas y, en contra de lo que opinaban muchos oficiales españoles, hacerse a la mar para combatir en aguas de Cádiz, bloqueadas por el inglés.




Para tratar de romper el frente inglés, Villeneuve y su segundo Dumanoir contaban con 18 navíos franceses y 15 españoles, además de varios buques menores. Entre ellos, se destacaban el «San Juan Nepomuceno» (un buque de 74 cañones al mando del conocido Cosme Damián Churruca); el «Príncipe de Asturias» (comandado por el popular Federico Gravina) y el impresionante «Santísima Trinidad», un inmenso e impresionante castillo de los mares que sumaba 140 cañones –algo poco usual en aquella época-.

Mientras, los británicos sumaban, además de algunos buques de acompañamiento, 18 navíos al mando de los almirantes Horatio Nelson y Cuthbert Collingwood. Entre la flor y nata de la flota británica destacaba el «HMS Victory», un buque de 100 cañones dirigido por el propio Nelson.




La vereda pecuaria transcurre cerca del la Cala de Melendez o Caleton de Zahora.

Playa de Zahora, frente al núcleo rural del mismo nombre, donde destaca el turístico Complejo Sajorami.



Tras superar Zahora  llegamos a la Cala Isabel próxima al cabo.


Cabo de Trafalgar.


Los protagonistas
Los responsables directos de la génesis y posterior desarrollo de la batalla de Trafalgar fueron los dirigentes de los tres países enfrentados. Sin embargo, hubo otros protagonistas que participaron en la batalla: generales, jefes, oficiales o comandantes de navío y también los marineros voluntarios o reclutados mediante levas de la Matricula del Mar, que en parte procedían de las poblaciones de la bahía gaditanas.


Lord Horatio Nelson.
De origen humilde, Nelson no fue bien recibido por la elitista aristocracia británica  Sus méritos militares, ademas de alguna mano negra, lo auparon a una trepidante carrera en la que con solo 21 años ya era capitán.
El periodo de guerras posrevolucionarias y napoleónicas lo convirtió en almirante y finalmente en jefe mayor de la Royal Navy.
Nelson perdió un ojo en una acción naval en Córcega y la mitad de un brazo en el asedio a Tenerife. En Trafalgar fue herido mortalmente herido en el pecho.
Tras la muerte del almirante Nelson sus compañeros decidieron conservar sus restos en un tonel del destilado de caña de azúcar. Cuando los restos llegaron a Reino Unido descubrieron que el barril estaba seco. Se cree que los marineros bebían del barril de Nelson para así ser invencibles en las batallas, la llamada «Sangre de Nelson». A sí surgió la ex presión de «tapping the admiral» (servirse del Almirante), que consiste en beber con una pajita de un barril.




Vicealmirante Pierre Charles Silvestre de Villeneuve.
Marino de origen provenzal era el vicealmirante de la flota francesa durante las Guerras Napoleónicas. Villeneuve mandó la flota franco-española derrotada en la batalla al mando del Bucentaure. 
Ingresó en la marina francesa en 1778 a la temprana edad de 15 años, gracias a la ayuda que significaba su origen aristocrático en la Francia de Luis XVI. Durante esta etapa de su carrera alcanzó el rango de teniente de navío.
Fue un marino desprestigiado que no gozaba de la confianza de su gobierno ni de sus aliados españoles.
El 22 de abril de 1806 se le encontró muerto en su habitación del humilde hotel en que se alojaba en Rennes. Según la versión de la policía francesa, se suicidó apuñalándose en el pecho seis veces. No obstante, hay otras posibles soluciones a este desenlace, tales como el asesinato por parte de agentes del régimen napoleónico.
Fue enterrado sin ceremonia oficial alguna, desconociéndose el paradero de su tumba.


Teniente General Federico Gravina y Napoli
El marino de origen italiano fue duodécimo capitán general de la Armada de España y estuvo al frente de los navíos españoles en la batalla de Trafalgar. Se encargó del navío Príncipe de Asturias, de 112 cañones y 1.141 marinos.
Al frente de los barcos españoles cumplió las ordenes de Villeneuve a pesar de no compartirlas. Sobrevivió a la batalla y organizo una expedición para recuperar los barcos varados o capturados por los ingleses.

Federico Gravina capitaneo el Príncipe de Asturias y comandaba la vanguardia de la combinada hasta que Villeneuve ordeno el giro y quedo relegado a la retaguardia
Federico Gravina alcanzó la más alta dignidad militar cuando se le promovió para capitán general de la Armada. Pero sus heridas se agravaron y finalmente murió el 9 de marzo de 1806, con 49 años de edad. Sus restos se encuentran en el Panteón de Marinos Ilustres, de San Fernando (Cádiz).


Otros Mandos españoles destacados:
Brigadier Cosme Damián de Churruca. El marino vasco estuvo al mando del San Juan Nepomuceno, de 74 cañones y 530 marinos

Mayor General Cayetano Valdés Valdés. Estuvo al mando del navío Neptuno, de 80 cañones y 797 marinos.

Capitán General Francisco Javier de Uriarte y Borja. Estuvo al mando del navío Santísima Trinidad. Navío de cuatro puentes, construido en los astilleros de La Habana. Era el navío más grande del momento; contaba con 136 cañones y 1.159 hombres.

Jefe de Escuadra Ignacio María de Álava. El alavés fue segundo al mando de los españoles y a posteriori Capitán General de la Armada. Participó en el Santa Ana, de 120 cañones y 1.102 hombres.


Otro Mando francés destacado:
Contralmirante Charles-René Magon, actuó como segundo de los franceses. Al mando de El L'Algésiras, era un navío de línea francés, botado en 1804. Estaba armado con 74 cañones.


Otro Mando británico destacado:
Almirante Cuthbert Collingwood, comandaba el Royal Sovereign era el navío más rápido, principalmente debido a que su casco estaba recubierto de una capa nueva de cobre que evitaba la fricción propia del cobre envejecido y, por tanto resultaba una nave mucho más rápida. Dado que el Royal Sovereign se había adelantado al resto de la flota, fue la primera nave británica que entró en combate.





Ademas de estos protagonistas directos hubo otros que se vieron afectados por este acontecimiento. Las familias de los participantes de los tres países envueltos en el conflicto sufrieron con ellos desde el momento de los preparativos de los buques para enfrentarse en un posible combate  el desarrollo de este y las tristes consecuencias que para la mayoría de estas personas tuvo este hecho. Asimismo, también el resto de la población de esos países se vio gravada por los fuentes impuestos que impusieron sus respectivos gobiernos para sufragar los gastos que ocasionaba un enfrentamiento naval como aquel.


Seguimos avanzando hacia el Cabo de Trafalgar por la Playa de los Nidos.




El viento de Levante moderado durante el trayecto se hace ahora mas intenso.

Mientras los demás deciden seguir apartados de la orilla, el viento se hace casi insoportable, yo sigo hasta la base de la formación rocosa.


La torres de Trafalgar se asoman al precipicio.



Las Escuadras y su barcos mas emblemáticos

Escuadra Combinada:
Contaba con 33 navíos y 3150 piezas de artillería, la presunta igualdad de las flotas se decantaba del lado británico por su bien preparada tripulación  La española estaba mal pagada y nutrida a base de reclutamientos forzosos, delincuentes y campesinos carentes de preparación.
Ademas, franceses y españoles, venían de una larga navegación y de enfrentarse en combate en Finisterre.
Algunos buques españoles como el Rayo, el Santa Ana y el San Justo se encontraban en pésimas condiciones para el combate.


Santísima Trinidad: el "Escorial de los mares" Rafael Berenguer (1822-1890), museo naval de Madrid
Botado en 1769 en los astilleros de La Habana con el objetivo de devolver y garantizar la hegemonía de la Armada española en los mares.
Sus dimensiones eren 59,5 metros de eslora, quilla de 52,7 m., 16,6 m. de manga, tres cubiertas (puentes) transformado en cuatro después, 112-120 cañones y una dotación inicial de 960 marinos. 
Acabo hundido tras la batalla. El pecio del barco se encuentra en algún punto del golfo de Cádiz, parece ser que a la altura de Punta Camarinal y a unas tres millas de costa, donde se hundió por el fuerte temporal del día 24 de octubre de 1805, tras haber quedado muy maltrecho en el combate de Trafalgar

Príncipe de Asturias. 

Navío de tres puentes y 112 cañones que se botó un 28 de enero de 1794 en los astilleros de La Habana. Recibió su nombre en honor del hijo de Carlos IV, que mas tarde iba a ser Fernando VII. 
Características: eslora, 56,14 m; manga, 15,5 m; calado, 7,37 m; desplazamiento, 2.453 toneladas. Propulsión: vela con bauprés y tres mástiles verticales. 
Lleva la insignia del teniente general Federico Gravina. Tuvo 50 muertos, 110 heridos y muchas averías. Fue remolcado a Cádiz tras el combate por la fragata "Thémis".


Santa Ana. 
El Santa Ana fue un navío de línea español de 112 cañones que prestó en servicio en la Armada Española desde 1784 hasta 1816. Sus dimensiones eran de una eslora de 213,4 pies de Burgos y una manga de 58 pies, con un peso total de 2112 toneladas.
Poseía 112 cañones y era el prototipo de una serie de 8 navíos iguales que se construirían en los años siguientes en los astilleros de Ferrol y La Habana.
En la Batalla de Trafalgar estuvo al mando del capitán de navío José de Gardoqui, con la insignia del teniente general de la Armada Don Ignacio M. de Alava, en la que sufrió 97 muertos y 141 heridos, siendo rescatado por el navío Rayo.


Bucentaure.
El Bucentaure fue un navío de línea de tercera clase perteneciente a la Armada Imperial Francesa. Se ha hecho mundialmente famoso por haber sido el buque insignia francés durante la Batalla de Trafalgar (1805). Demasiado dañado como para poder ser maniobrado correctamente el Bucentaure se hundió durante el temporal que barrió la Bahía de Cádiz poco después de terminada la batalla.
Botado a mediados de 1803 y armado y asignado en 1804, el Bucentaure desplazaba 1630 toneladas. Como todos los barcos de la clase 80 "Sané", estaba artillado con 80 cañones, divididos en 30 cañones de 36 libras, 32 de 24 libras y 18 de 12 libras; además de otros 6 montados en carronadas (desplazables por la cubierta). Medía 59 metros de eslora, 14 de manga y 6 de puntal y su tripulación completa (en tiempo de guerra) era de 840 hombres.


La Fuerza Británica:
Contaba con 27 navíos y 2600 piezas de artillería.
Aunque la flota conjunta de España y Francia parezca mas poderosa, lo cierto es que estaban igualadas. Los buques ingleses eran mas maniobrales y algunos navíos españoles presentaban importantes deficiencias y averías.

HMS Victory.
El HMS Victory es un navío de línea británico, famoso por participar en 1805 en la Batalla de Trafalgar como buque insignia del almirante Horatio Nelson. Se encuentra en un dique seco del puerto de Portsmouth (en el sur de Inglaterra) como museo.
Constaba de tres mástiles y 100 cañones. Botado en mayo de 1765. En Trafalgar sufrió graves daños y fue reparado en Gibraltar.




Una pasarela de madera facilita el acceso a la parte alta del  peñón.


Protegida por una malla la antigua Torre de Trafalgar comparte la explanada de la formación rocosa con el faro del Cabo de Trafalgar. De origen árabe fue levantada en el siglo IX. Descubierta y en estado ruinoso presenta una planta cuadrada sobre un plinto ataludado.


Asomados al barranco nos preguntamos como se vería la batalla naval desde este privilegiado otero. Seguramente los curiosos de aquella época llegarían hasta aquí para contemplar el infernal espectáculo de la contienda.
En este momento podemos visualizar el ancho mar y la hermosa playa de fina y dorada arena que se proyecta hasta Zahora.

Ampliando la visual, se observa el Caletón de Zahora por donde hemos pasado en nuestro paseo costero.

Afinando mas el zoom, se distingue la casa en ruinas de la Casilla, la Torre Nueva o de El Palmar y al fondo los rojizos acantilados de Conil.

Abajo las rocas del acantilado y la playa del Faro.



La Batalla

Un cumulo de errores, imprecisiones, indecisiones, imprudencias motivadas por intereses particulares (caso de Villeneuve). diferencias de criterio entre los mandos de ambos países, por parte franco-hispana, y los aciertos y la fortuna, por parte británica, condujo a ambas escuadras a enfrentarse en Trafalgar, algo que no figuraba en el plan napoleónico de invasión de las Islas Británicas.




Así en la madrugada del 21 e octubre, se asistieron las dos grandes escuadras: la aliada franco española y la inglesa., formadas en lineas a la altura del Cabo de Trafalgar. La flota franco española navegaba hacia el sur. La inglesa se encontraba mas hacia el oeste. Nelson, el almirante ingles, ordeno su división en dos columna paralelas que avanzaron hacia la formación aliada hasta derrotarla.

A las 12 de mediodía las escuadra británica y francoespañolas se encontraban frente a frente en la Costa de Trafalgar. Corría viento del noroeste que favorecía a la escuadra inglesa. Los buques de la flota combinada izaron sus banderas ansiosos de derramar sangre inglesa. Nelson arengaba a sus hombres izando una bandera y trasmitiendo un mensaje a su flota "Inglaterra espera que cada hombre cumpla con su deber".


Aproximadamente al medio día se disparó el primer cañonazo por parte de la flota combinada. Concretamente, el encargado de ello fue el navío español «Santa Ana». Tras él, comenzó una ensordecedora andanada una tras otra.


Collingwood, al mando del Royal Sovereign, corto la retaguardia y castigo la desprovista popa del Santa Ana.

Nelson con el HMS Victory amago una variacion de rumbo y se lanzo sobre la popa del Bucentaure, consiguiendo romper la linea de la escuadra combinada.

Rota la linea aliada, los ingleses, superiores en el cuerpo a cuerpo, fueron aislando y venciendo a la torpe e inexperta flota combinada.



Los errores de Villeneuve:
Poco antes de sufrir el acecho de Nelson ordenó girar a toda la flota 180 grados norte para tomar rumbo a babor. La linea de defensa quedo descompensada con numerosos huecos. Su maniobra fue precipitada y escasamente planeada. Ademas no contaba con el consenso de sus capitanes.

Eligió un mal momento para plantar cara a los ingleses. El General Gravina le había sugerido invernar en el puerto de Cádiz. La flota estaba maltrecha y se aproximaba un temporal.


En la columna sur, el «Royal Souvereign» de Collingwood fue el primero en plantar cara a la línea defensiva combinada al penetrar en el hueco que había entre los buques «Santa Ana» y «Fougueux» (francés). Este enfrentamiento fue uno de los más cruentos, pues el navío inglés soltó una fuerte andanada sobre el barco hispano provocando severos daños y la muerte de multitud de fieros combatientes.
Con todo, los soldados del «Santa Ana» no estaban dispuestos a caer sin llevarse al fondo del mar a su enemigo y, después de recibir estos impactos, bombardearon hasta la saciedad al «Royal Souvereign». Al despejarse el humo de los disparos no había duda: ambos navíos habían quedado totalmente destrozados. De hecho, los daños fueron tan severos que Collingwood tuvo que abandonar el buque.


Mientras, en la otra columna inglesa, Nelson cargó a bordo del «Victory» contra la línea aliada.
Haciendo honor a su reputación, el almirante soltó varias andanadas de cañón sobre todo aquel que trataba de detenerle. Sin embargo, no le quedó más remedio que detener el avance en seco cuando su buque pasó tan cerca del navío francés «Redoutable» que sus costados chocaron.



Con los dos buques detenidos, los soldados franceses cambiaron el cañón por el mosquete e iniciaron una constante lluvia de fuego que provocó la muerte de decenas de casacas rojas. De hecho, un disparo certero de una de estas armas fue el que costó la existencia al almirante británico.

Nelson herido de muerte.

Para desgracia de la armada combinada, decenas de buques llegaron detrás del «Royal Souvereign» y el «Victory». El plan del inglés funcionó a la perfección, pues la gran línea de buques franco-españoles quedó dividida por el centro. Esta ingeniosa estrategia obligó a los aliados a combatir en clara inferioridad numérica contra los navíos de la Royal Navy mientras que, por el contrario, los extremos de la formación de Villeneuve no tenían enemigo al que cañonear.


De nada valió que, con gran valentía, oficiales como Churruca combatieran a la vez contra seis navíos ingleses poniéndoles en serios aprietos, pues la estrategia de Villeneuve había condenado a la armada combinada. Ni siquiera el gigantesco «Santísima Trinidad» logró dar la ventaja a los aliados, pues cayó finalmente al enfrentarse contra tres navíos enemigos.


Aproximadamente a las cuatro de la tarde la batalla se había decantado casi en la totalidad a favor de los ingleses, los cuales incluso consiguieron tomar el navío de Villeneuve. 

Sin esperanza, Dumanoir, que aún aguardaba con una escuadra de reserva, sorprendió a todos los marinos tocando a retirada y abandonando a su suerte a los supervivientes. Sin lugar a dudas todo había acabado.

Varios navíos franceses, entre ellos el Formidable, al ver la batalla perdida, huyeron hacia Francia bajo el mando de Dumanoir. El 2 de noviembre serian alcanzado por navíos ingleses a la altura del cabo Ortegal gallego.







La pasarela permite bajar fácilmente a la playa del Faro.



La antigua torre sería testigo de los acontecimiento que estamos relatando no asi el faro data de 1860. El Faro de Trafalgar es una torre troncocónica esbelta, blanca y de 34 metros de alto, situada a 51 m. sobre el nivel del mar. Sus destellos alcanzan las 22 millas náuticas.


Playa del Faro.



EPILOGO

Saldo de la Batalla
El recuento de bajas fue descorazonador. Y es que, los aliados sumaron más 2.500 heridos (1.383 hispanos) y tuvieron que llenar 4.500 ataúdes (1.022 españoles). A su vez, la armada combinada perdió 10 buques españoles y 11 franceses. Mientras, los británicos únicamente tuvieron 1.250 heridos, 450 muertos, y no perdieron ningún navío

El Botin
Tras la dureza del combate -seguida de una tempestad- sólo cuatro de las presas hechas por el inglés pudieron ser conducidas a Inglaterra: aquellos barcos eran el francés «Swiftsure», y los españoles «Bahama», «San Ildefonso», y «San Juan Nepomuceno».

Como Nelson murió durante la batalla de Trafalgar, algunas de las banderas de combate de los barcos apresados por su flota fueron desplegadas después en la Catedral de Saint Paul. Bajo la cúpula del templo, como muestran las pinturas de la época, los emblemas de la Armada Combinada asistieron a las honras fúnebres del héroe 
nacional que había logrado una victoria que cambiaría la hegemonía en los mares.


Todos los marineros británicos que sirvieron en la batalla de Trafalgar recibieron una medalla con la efigie de la Reina Victoria.


El fin de la era naval
Para España supuso el fin de la era inaugurada por el Marques de la Ensenada. Los costes de reparación no eran asumibles para una nación que se sumía en una importante crisis y que había perdido en Trafalgar a grades marinos irreemplazables.

Sólo 15 barcos de la escuadra aliada se salvaron del desastre, los 25 restantes fueron hundidos o capturados.


Ayuda prestada por la ciudadanía.
En la madrugada del 23 de octubre de 1805, finalizada ya la batalla, se desató un fuerte temporal que hizo naufragar a cuatro navíos a la altura de la playa y castillo de Santa Catalina, en el Puerto de Santa María.
La gente participo en el rescate de los náufragos y en la atención de los heridos alojando a muchos de ellos en sus propias casas. Y todo sin hacer distingos entre compatriotas, aliados y enemigos.



Dejamos la playa y subimos al faro. Un mirador nos muestra el istmo que une lo que antaño fue un islote con Los Caños de Meca.






El Monumento Natural Tómbolo de Trafalgar consiste en un istmo o franja de tierra, de naturaleza arenosa, que conecta la isla de Trafalgar con el continente. Se encuentra incluido en el termino municipal de Barbate, presentado una superficie protegida de 241.876 m2.
Esta lengua de arena separa las ensenadas de Barbate y Conil de la Frontera; entre sus barras dunares queda delimitada una antigua laguna costera casi colmatada de arena que con las lluvias se rellena de agua salobre, albergando una importante variedad de fauna y flora.





Emergiendo sobre las copas del pinar sobresale la Torre de Meca. Su función fue la de vigía en conexión con el resto de las torres del litoral. Estas atalayas o torres de almenara constituyeron así la línea defensiva del territorio.


La Cala del Varadero y Los Caños de Meca.



Acantilados de Los Caños de Meca, los cuales visitamos este verano.










Estamos en la Playa de Mari Sucia , los windsurfistas disfrutan de este magnifico lugar.






Primer plano del la Punta del Tajo en los Acantilados de Barbate.
















Acabamos la travesía contemplando como la duna se traga todo en su avance. La naturaleza es invencible.



Otras rutas en la Costa de la Luz






Referencias:
Wikipedia.
Sangre y cañón. Diez batallas navales que enfrentaron a españoles e ingleses. Sangre y cañón. HISTORIA MILITAR-Diario ABC.

4 comentarios:

  1. Espeluznante trabajo, que tendré que leer mas detenidamente, saludos.

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  2. ¡¡Pedazo de trabajo!!, como dice el amigo Salvador, hay que releerlo más despacito, bueno ahora no puedo, me lo leo luego en casa, enhorabuena. Saludos cordiales

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  3. Te felicito!. Un trabajo magnifico que combina un cuaderno de viaje con el relato historico.

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